Mientras la reconocida Policía Científica de Mar de Plata hace autopsias en condiciones inconcebibles, el Instituto de Ciencias Forenses ofrece herramientas de lujo que podrían quedar desaprovechadas sin una visión amplia y generosa.
Por Fernando del Rio
Días atrás una novedad judicial pasó casi inadvertida por el contexto que la cobijaba. Un caso de acusación múltiple por abuso sexual requería la asistencia clave de dos peritajes químicos. Por un lado el que revelaría el grado y tipo de sustancias tóxicas en la sangre de imputados y víctima, y por otro el estudio genético comparativo con el semen hallado entre la evidencia. La novedad no eran aquellas diligencias sino la demora y dificultad para llevarlas a cabo, lo que confluyó, al final, en la realización del análisis de ADN en La Pampa y del toxicológico en Vicente López. Lejos de la ciudad.
Mar del Plata y su campo de influencia se transformaron en un polo urbano de tal magnitud que resulta inconcebible el trastorno que, en ocasiones, se presenta en el mayor paliativo que puede tener un crimen: el sentido de Justicia. Y en ese camino de reparación, la criminalística, con todas sus disciplinas, es fundamental.
Una investigación se respalda en la prueba y si esta falla, no hay caso. Para comprender la importancia de esta temática, cualquier suceso delictivo que sufre un marplatense, balcarceño, miramarense, otamendino o vidalense -por nombrar solo algunos habitantes incluidos en el Departamento Judicial Mar del Plata- y tras su judicialización necesita de peritajes criminalísticos (en balística, accidentología, medicina forense, levantamiento de rastros, toxicología, etcétera) y requiere en Mar del Plata de los servicios de la Policía Científica. Solo en los casos en los que se aplica la Resolución de la Procuración 1390/01 (cuando estén involucrados componentes de fuerza de seguridad) no lo hacen y entran en acción colegas de la Asesoría Pericial.
El 95 por ciento de las intervenciones son competencia de la Policía Científica, con su sede en el complejo Juan Vucetich y que tiene en su jefe, al comisario mayor Hernán Gacio, uno de los criminalistas más destacados del país. Sus presentaciones en los juicios orales son verdaderas conferencias y es consultado desde otras jurisdicciones de manera permanente. El recurso humano -salvo excepciones que ya fueron expuestas en recientes procesos judiciales- es de calidad, pero muchas veces insuficiente.
Hace unos meses el fiscal Alejandro Pellegrinelli solicitó el reconocimiento de la Policía Científica por desentrañar un brutal doble homicidio a través de la recuperación de manchas de sangre y de una huella dactilar sobre la carrocería incendiada de la camioneta de las víctimas.
Pero no todo siempre funciona como debe ser y la realidad acaba confrontando con las intenciones de un trabajo profesional.
Sala de autopsias aún no inaugurada del Instituto de Ciencias Forenses.
La morgue
La morgue de Mar del Plata, el sitio en donde se preservan cadáveres y donde se realiza la operación de autopsia solicitada por una autoridad judicial, presenta un estado deplorable.
Funciona en el Cementerio Parque y está bajo la órbita del Emsur, encargada de controlar la provisión de los servicios, de mantener la infraestructura y de velar por la seguridad técnica del lugar.
Policía Científica tiene un comodato para el uso de 6 cámaras frigoríficas, mientras que el Emsur tiene a su cargo las otras 6. Por supuesto, solo funcionan las de la Policía Científica, con la dificultad potencial que eso significa: que algún día, eventualmente, se necesite más espacio parar refrigerar cadáveres.
La contigua sala de autopsia, un espacio descascarado, con estalactitas de humedad en el techo, experimenta de manera constante bajas de tensión y cortes en el suministro de agua. Estos dos recursos son claves parar el trabajo forense, porque además de necesitarse energía parar la iluminación y el funcionamiento de heladeras donde guardar muestras se requiere de una buena fuente de agua para el drenaje de desechos líquidos y sólidos.
Hoy Mar del Plata tiene una Policía Científica de alto rendimiento pero que lucha contra el sinsentido de la acumulación de obstáculos y trastornos.
La esperanza para solucionar los problemas forenses existe y se llama Instituto de Ciencias Forenses, un flamante edificio que funciona en el predio del Hospital Interzonal pero que no está al alcance de la Policía Científica porque ha sido creado con otro objetivo y en otra órbita administrativa.
En el Cementerio Parque hay seis cámaras sin funcionar.
De punta en blanco
El Instituto de Ciencias Forenses es un logro para Mar de Plata que por el momento funciona en menos de un 50 por ciento de su potencial. Razones de agenda política, burocrática y económica conducen el destino actual de un espacio que cuenta con una proyección increíble.
Diseñado para asistir al Poder Judicial en causas donde se aplique la ley 1390, se impone como una gran herramienta que, lamentablemente, quedará desaprovechada si no se transforma en la rueda de auxilio de la Policía Científica.
La pregunta es: si existe un comodato (ya vencido) entre la Policía Científica y la Municipalidad para utilizar las derruidas instalaciones del Cementerio Parque, ¿no se podría ir en la dirección de un convenio entre la Procuración y la Policía Científica para hacer algo similar en el Instituto sin que esto comprometa la independencia de las partes?
Para tener una noción de lo que se perderá Mar del Plata de no existir una articulación es bueno comparar: mientras en la actualidad la morgue municipal tiene capacidad para 6 cadáveres, el Instituto tiene una cámara frigorífica para 22. Sin llegar al extremo de una tragedia con varias víctimas, la morgue actual se puede desbordar si se combinan muertes en la vía pública con algún asesinato y un homicidio culposo.
Mientras en el Instituto de Ciencias Forenses hay una antesala para reconocimiento de cuerpos, con ventana acondicionada con un vidrio especial para que los familiares de la víctima no tengan contacto directo, en el cementerio Parque es “pasar, esquivar y mirar”.
Respecto a la sala de autopsia, aunque en el Instituto de Ciencias Forenses faltan ajustar algunos detalles del sistema de drenaje, la diferencia es impactante. Equipos de última generación en iluminación, en seguridad e higiene, y en accesorios que facilitan el trabajo de los profesionales. Pero además un dato que no es menor: está a menos de 100 metros de la guardia del HIGA, donde se producen muchas de las muertes que terminan siendo peritadas por la ciencia forense.
El Instituto también cuenta -a una pared de distancia de la mesa de autopsia- con una sala de rayos, con equipamiento aún sin estrenar que posibilita un tiempo de respuesta mínimo, al tiempo que la Policía Científica al no tener un lugar físico en la morgue municipal debe usar un equipo portátil. Para obtener la imagen de un proyectil alojado en algún lugar del cadáver, en la actualidad se debe tomar una imagen, llevarla a un sitio a revelarla y entregarla más tarde.
El Instituto de Ciencias Forenses tiene 22 cámaras.
La experiencia
En cuestiones vinculadas a la balística, uso del cromatógrafo, análisis de prendas, comparativo dactiloscópico, por ejemplo, la Policía Científica posee en su sede del complejo Juan Vucetich un sitio esencial. Allí se produce mucha de la prueba que luego resuelve casos o, al menos, auxilia a los fiscales a sostener sus hipótesis acusatorias.
El Instituto de Ciencias Forenses, que apunta a ser un nodo científico combinado con otros puntos de la provincia, tiene capacidad para desarrollar su área “limpia”, con microscopios, campanas de secado, gabinetes para la atención psiquiátrica y de ginecología forense para casos de abuso sexual (este último ya está en funcionamiento).
“Si hay voluntad, hasta es posible acondicionar las instalaciones parar colocar un laboratorio genético, lo que evitaría que las muestras de Mar del Plata estén dando vueltas por todas partes”, dijo una fuente judicial. Los fiscales suelen reconocer -y denunciar- estas falencias que los complican.
Sin embargo, si al Instituto se le da solo uso para causas en la que se aplique la 1390 será una pérdida más que una ganancia para Mar del Plata.
Para el Ministerio Público contar con la Policía Científica en el Instituto de Ciencias Forenses sería potenciarlo. Para la Policía Científica significaría un mejoramiento radical en sus condiciones de trabajo. Y para la sociedad una respuesta más acorde a sus necesidades y a los tiempos que corren.